Aleph, la primera pop-up city latinoamericana, fue un éxito en Buenos Aires: más de 2.500 asistentes, US$100.000 en premios para su hackatón y una treintena de startups pudieron exponer sus planes de negocios ante un grupo de inversores.
- La pop-up city, pensada como un espacio de aprendizaje, networking y colaboración, congregó más de 2.500 asistentes, además de founders, builders, startups y otros miembros del ecosistema cripto mundial.
- Se trata de una iniciativa de Crecimiento, una comunidad cripto con más de 1.000 participantes, que contó con el apoyo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de algunas de las empresas más relevantes del sector.
- Hubo charlas encabezadas por figuras notables como Martín Migoya (Globant) o Alec Oxenford (OLX).
- Durante el evento se desarrolló un hackathon con foco en la inclusión financiera que repartió US$100.000 en premios.
Entre el 5 de agosto y el 1 de septiembre, Buenos Aires se vistió de cripto. Durante casi un mes, la capital argentina albergó otra ciudad en su interior: Aleph, una pop up city que fue punto de encuentro, aprendizaje, mentorías, talleres y otras experiencias, todo vinculado con la industria blockchain y el universo web3. El nombre, como arquetipo de la cosa: Aleph es la primera letra del alfabeto hebreo y el título de un libro de Jorge Luis Borges que se detiene en “un punto en el espacio que contiene todos los puntos del universo simultáneamente”. Una metáfora que calza a la perfección: en este caso, se trató del punto de convergencia del ecosistema cripto.
Fueron días sin descanso: las actividades se sucedieron sin parar en cada una de las siete sedes que se instalaron en un punto neurálgico de la ciudad, en el que se unen los barrios de Palermo y Colegiales. Se utilizaron los hangares de un canal de televisión, gimnasios, canchas de fútbol y de pádel, un estudio de fotografía (donde funcionó el Wellness Sanctuary), un salón de eventos y un espacio de coworking.
La diversidad de espacios estuvo en línea con la diversidad de ofertas. Las capacitaciones sobre prácticamente todo el espectro cripto, desde infraestructura financiera y privacidad hasta desarrollo de productos y estrategias de fundraising para startups, se combinaron con propuestas de bienestar (clases de fitness o yoga, por ejemplo), culturales (espectáculos, tradiciones culinarias argentinas) y el llamado unconference: sesiones impulsadas por los participantes para lograr una colaboración espontánea.
Predicando con el ejemplo, durante todo el evento se habilitaron POAPs (siglas en inglés por “protocolos de pruebas de asistencia”), tickets con NFTs y pagos con criptomonedas.
Detrás de escena
Detrás de esta movida, inédita y enorme, se encuentra Crecimiento, una comunidad cripto apoyada por más de 1.000 personas de diferentes países (incluyendo visionarios, founders, inversores, investigadores y desarrolladores), y el apoyo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que declaró el evento “de interés científico, tecnológico y económico”.
“Pensamos que esta iniciativa ratifica nuestro lugar en el mapa mundial como un país que evoluciona desde las bases en esta industria en permanente ascenso: queremos trascender los conceptos conocidos hasta ahora y mostrar, desde una perspectiva renovada, que la tecnología blockchain puede aportar mejores condiciones de vida a largo plazo y empoderar a la sociedad, siempre con el énfasis puesto en la protección de nuestros datos personales, la descentralización de empresas y, por supuesto, la inclusión financiera”, destacó Emi Velázquez, uno de los team leaders de Crecimiento.
Por los pasillos, en las salas, en todos lados, se respira un cierto aire alegre y optimista. Hanna Schiuma, business developer de Aleph, coincide con este diagnóstico: “Circula una energía muy optimista y constructiva, en un entorno altamente estimulante en el que la comunidad y el ecosistema son los pilares en los que nos apoyamos para acelerar el desarrollo económico de nuestro país y región”.
Más allá del entusiasmo del ecosistema, la iniciativa contó con el apoyo explícito de algunos de los “pesos pesados” del mercado, como Lemon, Polygon, Ripio, Solana, ZKSync y Protocol Labs. Por los diferentes escenarios pasaron figuras de la talla de Martín Migoya, fundador de Globant, Alec Oxenford, de OLX, Sam Richards de Ethereum Foundation o Santi Siri de Democracy Earth.
No se trata de la primera experiencia a nivel global: se cuentan antecedentes como Zuzalu (en Montenegro) o Edge Esmeralda (California, Estados Unidos). Sin embargo, fue pionera en su tipo en Latinoamérica. Según los creadores de este tipo de iniciativas, su naturaleza transitoria fomenta la urgencia y el foco, lo que impulsa a los participantes a maximizar sus esfuerzos hacia objetivos compartidos.
Las jornadas clave
En medio de la vorágine de actividades, se vivieron algunos días memorables. El Regulation Day, por ejemplo, se destinó a analizar y debatir el mapa regulatorio en web3 desde una perspectiva público privada. Fue una organización conjunta con la Cámara Argentina Fintech y contó con la presencia de especialistas en derecho, titulares de entes reguladores, legisladores, magistrados y responsables de asuntos públicos de las compañías más destacadas de la industria cripto.
Otro punto destacado fue el Aleph Hackathon: durante 40 horas ininterrumpidas, más de 300 hackers de 20 países diferentes presentaron 55 proyectos a partir de los requerimientos de 12 empresas diferentes. Se repartieron entre los ganadores algo más de $100.000. ¿El foco? La creación de productos financieros pensados para mejorar la comprensión de los usuarios en el uso de una blockchain y así, en un futuro inmediato, incrementar su adopción. “Nos emociona pensar que este es solo el comienzo para muchos de estos proyectos, ya que algunos de los premios incluyen apoyos económicos como grants, consultoría, y programas de aceleración, lo que les permitirá escalar y alcanzar nuevas alturas”, declaró en ese momento Julieta Corti, líder de comunicación del hackathon.
Ya casi sobre el cierre del evento, hubo un Demo Day: treinta startups dispusieron de tres minutos para contar sus proyectos frente a inversores y el público asistente.
Los números finales son notables: 8 startups, 300 hackers, más de 500 builders, 90 estudiantes y más de 2.500 asistentes se convirtieron en “ciudadanos de Aleph, con su respectivo pasaporte”, según detalla Velázquez.
Todo esto fue apenas el principio. “El hub de startups sigue abierto para que las empresas sigan desarrollándose en este espacio de networking y, desde Crecimiento, vamos a continuar con verticales de trabajo que estamos planificando: en poco tiempo habrá novedades sobre próximas iniciativas”, concluyó Velázquez.