En materia de criptomonedas y regulación, aún hay muchos temas por discutir. Y el debate de ideas es una buena noticia para todos.
Regular criptomonedas, posiciones encontradas:
- Postura 1: al regular las criptodivisas, se anulan sus beneficios sociales y económicos.
- Postura 2: la regulación de las criptomonedas protegería al usuario, le brindaría certeza legal sobre sus recursos y transacciones.
- Postura 3: optar por opciones susceptibles de regular, como CBDC y sistemas digitales de pago instantáneo.
Las diferencias, en este momento, parecen difíciles de superar. Sin embargo, lo que se debe reconocer es que hay espacios para dialogar y una perspectiva más enfocada en el ciudadano común.
Esta es mi conclusión tras asistir a un foro virtual realizado hace algunos días: Crypto in the Americas: Policy Considerations, coloquio en el que se abordaron aspectos regulatorios y políticos en torno al uso de criptomonedas en el continente americano -con especial énfasis en la zona latinoamericana. Organizado por Americas Society/Council of the Americas (una entidad empresarial que promueve el libre mercado y la democracia en la zona), en el foro participaron representantes de Citi Latinoamérica, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), departamento del Tesoro del gobierno estadounidense, Securrency (empresa que desarrolla infraestructura blockchain para servicios financieros descentralizados) y Human Rights Foundation (HRF).
El primer aspecto a destacar es que el debate encontró una perspectiva en la que todos coincidieron: la discusión de los temas clave del sector cripto (como la regulación) tendría que alejarse de los escenarios espectaculares (como las noticias sobre millonarios realizando inversiones multimillonarias en criptoactivos) y enfocarse en las necesidades verdaderas de la gente, que lo que quiere son alternativas para recibir y enviar dinero, almacenarlo y usarlo para adquirir productos o servicios.
Actividades simples pero esenciales y en las que la innovación cripto puede aportar mejoras -sobre todo para la gran cantidad de latinoamericanos que están al margen del sistema financiero tradicional. Sin embargo, durante el foro, la armonía de opiniones no llegó muy lejos.
Libertad para garantizar el impacto social
Por un lado, Alex Gladstein, director de Estrategia de HRF, consideró que no se puede ignorar el impacto social y humanitario que una criptomoneda -bitcoin- está logrando en países como Cuba, Venezuela o Nicaragua. En estas naciones, controladas por regímenes autoritarios que solo agravan la difícil situación económica de la población, bitcoin se ha convertido en un recurso extremadamente útil -por su capacidad para facilitar remesas e inclusión financiera- que está evitando un desplome mayor de las condiciones de vida.
En tal sentido, el representante de HRF consideró que cualquier intromisión regulatoria acabaría por comprometer los valores de libertad, inclusión y privacidad que caracterizan a criptoactivos como bitcoin. Por ejemplo, aseguró Gladstein, “no hay nada más inclusivo (que bitcoin). El acceso al activo no está condicionado por la edad, el nivel de ingreso, el género, la filiación ideológica, nacionalidad, etcétera”; estos criterios, afirmó el directivo de HRF, aún excluyen a muchos latinoamericanos de los servicios financieros tradicionales.
Y si alguien necesita una prueba de que el modelo actual de las criptomonedas (sin regulaciones gubernamentales o institucionales) funciona bien, Gladstein recomendó mirar hacia Latinoamérica: “para la gente de naciones como Cuba, Nicaragua, Venezuela y Argentina, bitcoin ha estado ahí (para ayudarlos), y no se puede decir lo mismo de los bancos. ¿Cuál sería la situación en dichos países si no existiera bitcoin?”.
La regulación también protege a las personas
En el lado más “corporativo” del foro, nadie cuestionó los beneficios sociales de una innovación como bitcoin. No obstante, su visión apunta a un mundo de monedas digitales que operan en un contexto regulado. Desde esta perspectiva, la incorporación de instancias regulatorias no pretende anular las ventajas que ofrece la innovación, sino añadir otro elemento que es muy valioso para la gente común: la confianza en el sistema financiero que se está usando.
Una confianza que siempre se pone a prueba, especialmente cuando se presentan dificultades. Problemas que -a decir de Driss Temsamani, director de Digital en Citi Latinoamérica- también se pueden presentar en el contexto digital (incluyendo el espacio cripto). A manera de ejemplo, el directivo de Citi imaginó el caso de una empresa de servicios de wallet que “desaparece de un día para otro, llevándose las cuentas de todos los clientes”.
“Cuando te vuelves una víctima, la situación es muy diferente; todo lo que parecía bueno, ya no lo es tanto. (En el caso de un problema financiero), el usuario lo que pregunta es: ¿quién está a cargo?, ¿quién me ayudará con este asunto?, ¿quién es el responsable del arbitraje?”, señaló Temsamani.
En ese sentido, de acuerdo con el directivo de Citi Latinoamérica, la regulación es una herramienta para proteger los recursos de las personas y los negocios que participan en un sistema. En buena medida, es proveer a la gente de certeza legal.
Por su parte, Eric Parrado, Economista en Jefe y gerente general del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destacó que muchos de los beneficios que hoy se le atribuyen a las criptomonedas -especialmente la capacidad de impulsar la inclusión financiera en Latinoamérica- podrían encontrarse en otras alternativas, como las monedas digitales de bancos centrales (CBDC) y los sistemas digitales de pago instantáneo (en este punto, el directivo resaltó el caso de Pix, impulsado por el Banco Central de Brasil.
“Necesitamos un territorio en común. Los reguladores corren un maratón, con un ritmo estable, controlado; los innovadores están en una carrera de velocidad explosiva. No es fácil conciliar ambas situaciones, por eso es importante descubrir un espacio común, y creo que lo podemos encontrar si exploramos distintas opciones”, apuntó Parrado, quien también reconoció que las criptodivisas, por su alto nivel de volatilidad, podrían suponer un riesgo para la estabilidad de un sistema financiero, sobre todo si el público no está bien informado sobre las implicaciones que conlleva invertir en criptoactivos.
Con ánimo pesimista, se podría pensar que el foro organizado por Americas Society/Council of the Americas llegó al punto muerto de siempre: defensores de las criptomonedas que rechazan cualquier tipo de reglas, y reguladores que no parecen receptivos a la innovación. Y en realidad, el debate fue un asunto alentador. Aunque se exhibieron divergencias claras, también se mostró una visión concordante: necesitamos innovar nuestro concepto del dinero; es hora de avanzar y encontrar mejores opciones a las que tenemos hoy.
Si quieres ver el foro, aquí te dejamos la grabación (en inglés):
