“Bull Run”: ¿es la tokenización el futuro del cine?

Claudia te cuenta sobre un filme supercripto: su tema son las criptomonedas y se financió con una emisión de tokens.
Bull Run CryptoConexión

Claudia platicó con Camila Jiménez, una de las productoras de “Bull Run”,una película documental que aborda el tema de las criptomonedas y se financió con la venta de tokens.

“Bull Run”: un documental que muestra un viaje personal por el mundo de las criptomonedas

  • La película se financió, en menos de 24 horas, con una emisión de tokens.
  • Los tokens, llamados “Bull”, tuvieron un costo de $1 dólar estadounidense.
  • El 80% de la emisión se vendió a inversores y el resto se distribuyó entre el equipo que realizó el documental.
  • La colombiana Camila Jiménez, presidente de The Immigrant, es una de las productoras de la película.
  • “Bull Run” está en etapa de postproducción y para mediados de año iniciará su ronda por los festivales fílmicos.

Cuando Ana Ramón Rubio, una documentalista española, estaba considerando con su productor, Juanjo Moscardó, las formas de financiar un documental sobre su propia inmersión en el mundo de las criptomonedas, les pareció completamente orgánico hacerlo a través de la tokenización.

Sin embargo, nunca se imaginaron que en menos de 24 horas iban a recaudar todo el dinero que se habían propuesto como meta. “En realidad, cuando empezó todo, no sabíamos qué tanto iba a tardar ni qué tanto interés iba a haber”, reconoce la colombiana Camila Jiménez, cofundadora y presidente ejecutiva de The Immigrant y una de las productoras del documental “Bull Run” que se financió completamente con la emisión de unos tokens -denominados $BULL.

Todo indica que los compradores de los tokens quedaron encantados con la idea: un documental que cuenta en tono de comedia la criptobsesión en la que cae su directora, en medio de la pandemia del Covid-19.

“La verdad es que fue increíble. Ana y Juanjo hicieron un muy buen trabajo de explicar la visión y en pocas horas ya teníamos toda la financiación necesaria para completar el documental”, agrega Jiménez.

Como parte de la presentación a los inversores, los cineastas explicaron que lejos de ser una película con testimonios densos y aburridos sobre blockchain o la negociación de criptomonedas, su visión era “hacer un filme cómico que intercala los criterios de los expertos sobre los temas con la cómica adicción a las criptomonedas de la directora y el destartalado proceso de grabación de un documental con un equipo técnico bitcoiner que está más pendiente de si llega el bear market que de su trabajo”.

Para Moscardó, la combinación era perfecta. La directora había logrado unir en un documental dos de sus pasiones: la tecnología blockchain y la comedia. Justamente un interés mutuo por las criptomonedas fue lo que llevó a Jiménez y Moscardó a asociarse para producir el filme.

“El proyecto todavía estaba filmándose y la historia se estaba desarrollando, pero nos pareció un tema superinteresante para explorar, las criptomonedas desde un punto de vista personal, desde una óptica donde usualmente no se habla de criptomonedas”, dice Jiménez.

La emisión de los tokens se hizo a través de Tutellus, de España, un ecosistema educativo, cuya oferta incluye temas de blockchain, que cuenta también con una plataforma a través de la cual se pueden financiar todo tipo de proyectos.

Cada token $BULL se comercializó por un dólar. El 80% de la emisión fue vendida a inversores y el 20% fue distribuida entre el equipo que participó en la realización del documental. El token reparte el 50% de los ingresos generados cuando el documental se venda y distribuya, mientras que el 50% restante se reinvierte en productos DeFi de bajo riesgo, y cualquier ganancia se repartirá al final del cuarto año después de la inversión.

Además de las utilidades, los poseedores de los tokens también recibirán contenido exclusivo de la película y sus nombres quedarán registrados en los créditos finales.

Bull run
Crèdito: Casabona films

Libertad financiera y creativa

El documental ya está en etapa de postproducción y se espera que empiece la ronda de festivales a mediados de año antes de su estreno oficial. “Estamos en una fase crítica porque siempre, aún más para un documental, se filma mucho material a lo largo de mucho tiempo y hasta la edición casi que se va descubriendo la forma final que va a tener la película”, apunta la presidente ejecutiva de The Immigrant.

El éxito de “Bull Run” -en términos del acopio de un presupuesto- indica que la tokenización se puede convertir en una alternativa viable para la financiación de proyectos cinematográficos. Según el dossier que los productores presentaron a los inversores, el tiempo estimado para recaudar dinero para una película oscila entre 2 y 3 años. Esto comparado con las 20 horas que le llevó a “Bull Run” completar la venta de tokens.

También ofrece una oportunidad de democratizar la financiación en una industria dominada por grandes estudios y casas productoras.

Jiménez asegura que, si hubiesen tomado la ruta tradicional, seguramente también habrían encontrado financiación, pero hubiese sido un camino mucho más largo “y quizá no tan generoso”.

Para la productora colombiana, la gran diferencia no solo la marca la rapidez con la que consiguieron el presupuesto, sino la libertad editorial que les otorga el proceso de tokenización, en el sentido de que no hay ninguna cabeza de estudio o productor presionando por una visión en particular.

De hecho, Jiménez y su equipo son conscientes de que esta ruta es absolutamente valiosa a futuro, aunque claro, depende del tipo de iniciativa. “Creo que vamos a realmente tener que aprender mucho con estos primeros proyectos, aprender si los modelos son los correctos, si hay cosas que se tienen que evaluar”.

En opinión de Jiménez, la audiencia tiene hambre de un tipo de contenido que no está recibiendo y esto los lleva a apoyar proyectos como “Bull Run”. “Están como prepagando su entrada, prepagando su boleto para poder ver algo que de otra manera el mercado no les está dando por una u otra razón”, agrega. 

Pero además de que el modelo de la tokenización funcione como negocio, lo que les importa a los realizadores al final de cuentas es que el documental funciona a nivel creativo.

“Lo que el documental se propone es mostrar el viaje de una mujer, de una mujer en un momento crítico de su vida, y hacerlo de una manera cómica, fresca y auténtica y a la vez explorar, digamos, un mundo que para mucha gente es bastante confuso y difícil de entender”. 

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