Una mujer rebelde que lucha contra el sistema y a la que el ecosistema cripto le cambió la vida.
¿Qué es el Bitcoin Embassy Bar?
- Es el primer establecimiento con temática cripto en México.
- Nace con el objetivo de ser un punto de reunión y generación de conocimiento de Bitcoin, criptomonedas y Blockchain.
- Lorena Ortiz, su fundadora, es psicóloga social de formación, pero por dentro sigue siendo Lore #cyberpunk.
Cuando Lorena Ortiz descubrió el origen e ideología de bitcoin, en 2017, se encontraba totalmente inmersa en la cultura del punk, metal y rock, con un pensamiento anarquista y antisistema que la hizo engancharse de inmediato.
“A mí me hablan por primera vez de bitcoin no como una inversión o como mucha gente lo ve de ‘hágase rico rápido’, sino como un movimiento. Ahí es cuando digo: ¡esto sí va a cambiar el mundo! y empiezo a investigar, a aprender y meterme cada vez más y más”, asegura Ortiz, socia fundadora de Bitcoin Embassy Bar, el primer establecimiento en México bajo el concepto cripto.
Quienes hoy ven a Lorena hablando de blockchain y criptomonedas, no se imaginan que años atrás estudió la carrera de Psicología Social con la intención de dirigir el jardín de niños –propiedad de su mamá– donde fue maestra y administradora durante nueve años, hasta que reconoció que no lo disfrutaba. Después, abrió una pequeña cafetería que cerró al paso de un año, pero que le dejó grandes aprendizajes.
En su búsqueda de una actividad que realmente le diera satisfacciones y la hiciera sentir feliz, empezó a trabajar en una disquera independiente de metal y punk, colaborando con la producción musical, el diseño y desarrollo de portadas de discos y playeras. Un ambiente que encajaba perfecto con su personalidad rebelde.
Cuando tuvo la oportunidad de salir de gira a Japón con una banda, Lorena comenzó a ahorrar y averiguar opciones para mejorar los rendimientos. En ese momento conoció a David Noriega, quien de inmediato se convirtió en su mentor y más tarde en su socio. “Él me orientaba, me daba lecturas, me recomendaba podcasts y yo los devoraba por completo.
Posteriormente, David me comentó su idea de abrir una cafetería con temática de bitcoin, que a mí me pareció excelente porque hacían falta ese tipo de espacios. Como él sabía que yo tenía experiencia en pequeños negocios me dijo: vamos a hacerlo en conjunto y tú te encargas de tomar las decisiones”, relata.
Bitcoin Embassy Bar: la construcción de una comunidad
En un país donde ocho de cada 10 emprendimientos fracasan antes de cumplir dos años, y pese a su fallido intento con una cafetería, Lorena tomó las riendas del proyecto, lo visualizó como un bar y encontró un local en Medellín 191, en la colonia Roma Sur, una de las colonias más populares y mejor cotizadas de Ciudad de México.
Debido a que desde el inicio el espacio se concibió también como un punto de encuentro para compartir conocimiento, los trabajos de remodelación tardaron casi un año. En diciembre de 2018 finalmente abrió el Bitcoin Embassy Bar.
“Al principio fue difícil porque nadie sabía que existíamos, no hicimos publicidad y la gente simplemente lo encontró, ya sea porque tenía algún contacto metido en bitcoin o simplemente lo había escuchado por ahí”, recuerda Ortiz, quien actualmente es considerada una de las promotoras más conocidas del ecosistema cripto en México y Latinoamérica.
“Cuando abrimos el bar, yo me sentaba con la gente y les daba una mini clase de bitcoin one on one. En las mesas les explicaba cómo funcionaba, si querían una cartera les ayudaba, algunos llevaban hasta su libreta y anotaban como si fueran estudiantes de primer grado. Y de repente los veías participando en las conferencias (que se organizaban en el local), porque también de eso se trata, de que aprendamos de par a par. No solo darle un espacio a quienes ya tienen más experiencia en esto, sino que entre todos compartamos lo que vamos aprendiendo”, dice Lorena Ortiz en entrevista con CryptoConexión.
Para esta emprendedora, la constancia en las pláticas y conferencias para dar a conocer qué son los activos digitales y cómo funcionan, presentar nuevas opciones, hacer networking y hasta compartir errores o cómo prevenir estafas, ha sido la clave para que la gente regrese al bar, donde poco a poco han construido una comunidad.
Durante el trayecto, con la intención de darle más visibilidad al negocio, Lorena también se ha convertido en una figura pública que crea contenidos y participa en foros y cursos, lo cual combina con la difícil tarea de seguir administrando el “emba”, como cariñosamente lo llama.
Permeando la cultura cripto
A poco más de 3 años de abrir, Bitcoin Embassy Bar ha sido testigo y protagonista del desarrollo y crecimiento de los bitcoiners y criptousuarios de otras monedas. También ha contribuido a ampliar su adopción en México y hoy algunos de sus proveedores reciben pagos en cripto.
“A través de la labor de comunicar el conocimiento hay varios productores de mezcal y de cerveza artesanal que me aceptan bitcoin y otras criptos; también tenemos unos collares de plata de Taxco con el símbolo de Bitcoin, y toda la producción que yo mando a hacer con el joyero, para vender en el bar, se paga totalmente en cripto”, comenta Lorena.
Respecto a la operación del lugar, entre el 20 y 50% de las ventas del bar son en bitcoin. Todo varía en función de la cantidad de eventos que realicen durante el mes o la semana, así como de la afluencia diaria de visitantes, como en cualquier restaurante, aunque no hay día en que el corte de caja deje de reflejar por lo menos uno o dos pagos con cripto.
De hecho, la posibilidad de pagar con cripto en un mercado tan competido –se estima que en Ciudad de México hay más de 50.000 establecimientos de la industria restaurantera– es el diferenciador que ha atraído a muchos de los comensales del Bitcoin Embassy Bar.
A decir de Lorena, esto les ha dado visibilidad local e internacional, por ejemplo a través de coinmap.org, “nos han llegado clientes de otras partes del mundo que hasta se hospedan cerca para poder visitarnos y experimentar lo que es usar sus satoshis como si fuera dinero común; y si su estancia es de cinco días, los cinco días nos visitan ya sea para desayunar, comer o tomar una cerveza”.
Falta camino por recorrer
A pesar del crecimiento que Lorena ha visto en la comunidad que frecuenta Bitcoin Embassy Bar, reconoce que en México aún hay mucho camino por recorrer en materia de conocimiento y penetración de la criptoeconomía, debido a que mucha gente no entiende cómo funciona, y de hecho, no comprende aspectos de economía básica.
“Ese es un problema muy grande y triste que tenemos en Latinoamérica, porque no se nos enseña siquiera sobre por qué el dinero tiene valor, ni por qué lo pueden imprimir o de dónde lo sacan. Sin embargo, sí experimentamos problemas cuando vamos al mercado y vemos que todo está más caro y no nos alcanza, o que el crédito que sacaste ya subió o bajó, sin comprender la causa”, agrega Ortiz.
La entusiasta de bitcoin y blockchain asegura que en los momentos de mayor fluctuación es posible distinguir entre los curiosos, los especuladores y quienes realmente tratan de entender el trasfondo de la cultura cripto. “Cuando el precio está alto todo mundo quiere estar ahí, quiere enterarse o quiere comprar; en cambio en los momentos de precios bajos a nadie le importa, ni quiere saber nada, salvo nosotros, los bitcoiners de corazón”, afirma la emprendedora.
La anécdota
- Nos cuenta Lorena Ortiz: “para mí, el momento más alto del Embassy fue cuando nos visitaron Max Keiser –periodista financiero y promotor de Bitcoin– y Stacy Herbert –productora de Keiser Report. Fue un momento muy padre antes de la pandemia, el lugar estaba a reventar, estábamos todos juntitos con tal de ver su presentación en la que se puso a destrozar dólares y aventarlos a todo mundo. Espero que pronto, cuando visiten nuevamente Ciudad de México, podamos repetir esa experiencia”.
