¿Debes pagar impuestos por comprar criptomonedas?

A medida que crece el interés de inversión en activos digitales, los gobiernos desarrollan propuestas para que las personas paguen por las ganancias que reciben.

Cada vez son más las personas que se sienten atraídas por invertir en los mercados de las criptomonedas. Sin embargo, además de los conocimientos que se tengan sobre cuál es el mejor momento o cómo elegir un criptoactivo para incursionar en la nueva economía digital, también es importante estar al tanto de las obligaciones que trae consigo, como lo es el pago de impuestos. 

Para empezar, hay que recordar que los impuestos son los tributos o aportaciones que los ciudadanos y las empresas están obligados a pagar a los gobiernos para que cuenten con el capital necesario para brindar los servicios públicos que requiere la comunidad, como infraestructura, salud, educación, programas sociales, entre otros. 

Con ligeras variaciones en cada país de Latinoamérica, estos recursos se recaudan a través de los salarios o ingresos (Impuesto Sobre la Renta, ISR), al comprar un bien o servicio (Impuesto al Valor Agregado, IVA), cuando se es dueño de un vehículo automotor (tenencia) o de un inmueble (predial), por mencionar algunos gravámenes.

Una vez dicho esto, viene la pregunta del millón que muchos se hacen: ¿debo pagar impuestos por comprar criptomonedas? La respuesta a esta gran incógnita es ¡sí!, debes pagar impuestos cuando la inversión o compra te genere una ganancia.

Sobre el tema, Roberto Valencia Arriaga, doctor en Economía y docente de la Universidad Nacional Autónoma de México, nos explicó que a medida que ganan popularidad las criptodivisas también aumenta la necesidad de regulación, y a pesar de que no hay un régimen como tal para su tributación, los usuarios deben pagar por los ingresos que obtengan a través de este tipo de activos. 

"En México, recientemente la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) publicó un documento para orientar cómo se tendrían que pagar impuestos. Ahí sugiere que las personas deberían tributar en un Régimen de enajenación de bienes, porque, en efecto, no es una moneda ni una divisa, se trata de un bien mueble que se conoce en el medio, que es virtual, pero le da (al dueño) el derecho de recibir un beneficio de ese bien y lo puede transmitir, y en esa compraventa va a obtener una ganancia. En este escenario, la compraventa (de criptomonedas) no escapa y sí tendría que estar dando un pago de impuestos”, nos explicó el académico.

En el resto de la región el panorama es similar: sin leyes fiscales específicas sobre el gravamen de estas actividades cripto, los países han llevado a cabo extensiones o recomendaciones fiscales para su normatividad.

Colombia, por ejemplo, en 2017 reconoció a las criptomonedas como bienes inmateriales susceptibles de valoración que deben reconocerse como activos patrimoniales de los contribuyentes, y por ello sujetos al impuesto sobre la renta. Hace unos días, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DINA) expidió una serie de oficios para la correcta declaración de los criptoactivos y la lucha contra la evasión fiscal.

En Argentina, desde 2017 se hablaba de un impuesto, asociado a las ganancias de capital, para alrededor de 40 tipos de criptomonedas, medida que quedó rebasada tomando en cuenta que hoy existen más de 10 mil monedas digitales. A finales de 2021 el gobierno presentó nuevas medidas tributarias nacionales y provinciales para aplicar diferentes impuestos a la comercialización de monedas digitales.  

Por otro lado, en Brasil, que es uno de los cinco países latinoamericanos con mayor interés y adopción, las criptomonedas son equiparables a los activos financieros, figura que obliga a los inversores a pagar impuestos con tasas del 15 al 22% sobre las ganancias de capital. Sin embargo, esta nación se prepara para avanzar en la regulación de la nueva economía y actualmente se discute en el Senado un proyecto para legislar las operaciones de bitcoin y otras monedas digitales. 

De acuerdo con Valencia Arriaga, la legislación y tributación de bitcoin, ether, solana y otras monedas, es un tema que se está discutiendo en la región, “incluso, yendo más hacia atrás, hay todavía discrepancia en cuanto al tratamiento (régimen fiscal), es decir, ¿se tiene que manejar como si fuera una ganancia de capital?, como se haría tal vez cuando tenemos una acción y la vendemos, ¿o se tiene que manejar más bien con un Impuesto Sobre la Renta?, que es como cuando tenemos un producto y lo estamos vendiendo, sería este segundo caso lo que se está sugiriendo en México; pero no se ha llegado a unificar cómo es que debe funcionar”, nos comentó el economista.

Como en cualquier actividad económica, el pago de impuestos debe aplicarse tanto para los ciudadanos como para las empresas a través de las cuales se realizan las transacciones, como los exchanges o proveedores de servicios cripto, ya que estas compañías cobran una comisión a sus usuarios por operación, lo que se traduce en un ingreso o ganancia que plantea un desafío para los gobiernos y sus órganos fiscalizadores. 

“Tan es así, que los diversos países se han unido para ver de qué manera se le puede cobrar un impuesto a este tipo de plataformas, que a veces tienen su domicilio fiscal en algún lugar donde se paga muy poco, y ellos argumentan que por estar pagando ahí, ya no tienen que retribuir en las diferentes regiones”, mencionó Roberto Valencia. 

Al ser consultado sobre las exenciones o tasas reducidas decretadas en algunos lugares como Puerto Rico o El Salvador -con el fin de impulsar las actividades cripto-, el especialista consideró que este tipo de incentivos terminan siendo nocivos para la economía -una posición con la que otros analistas no coinciden.

“Este tipo de exenciones nunca son buenas, porque de alguna manera estamos hablando de que se estaría incentivando -o promoviendo- la inversión en una actividad que no es productiva, que no genera valor agregado; que no tiene la misma dimensión de que, por ejemplo, yo fuera y pusiera una fábrica que genera empleos y derrama económica.

Aquí, en lugar de llevar la inversión, el dinero, a un lugar productivo, la estamos llevando a un mercado financiero en un activo…y  las consecuencias que eso tiene para la economía de manera general son fuertes, tan es así, que en el mundo últimamente hemos tenido un boom financiero muy grande, pero un estancamiento económico muy marcado, incluso antes de la pandemia”, comentó el investigador.

Por tratarse de una alternativa económica que continúa en desarrollo alrededor del mundo, todavía quedan muchas áreas pendientes de revisar y regular: la actividad de la minería cripto, la venta de NFTs, la emisión de facturas o documentos probatorios de las transacciones, el intercambio de activos digitales o, incluso, las declaraciones patrimoniales para los casos de servidores públicos que inviertan en criptomonedas y estén obligados a informarlo, así que habrá que estar pendientes para ver cómo evoluciona este tema en cada país de la región. 

En CryptoConexión estaremos atentos para dar a conocer los cambios que se vayan dando. Mientras tanto, compartimos algunas recomendaciones básicas para estar preparado y cumplir con las obligaciones o recomendaciones que apliquen en Latinoamérica.