Cuando se trata de innovaciones realmente poderosas, hasta los nativos digitales pueden tener dudas. Aquí un caso donde muchos se verán reflejados.
En unos días cumpliré 40 años, y siempre he pensado en las personas mayores como individuos que generalmente se resisten a los cambios, y más aún a los que involucran a la tecnología, como algo generacional.
Formo parte de la generación de los primeros millennials. Una generación que se caracteriza por estar integrada por personas nativas digitales, hiperconectadas, social y éticamente comprometidas, generadoras de contenido y tecnoadictas. Y somos un grupo numeroso: sumamos el 22.6% de la población mexicana, de acuerdo con el último censo del INEGI.
Como buena millennial, para mí fue natural toda la transformación tecnológica en las comunicaciones y todo el avance que se ha dado en diferentes industrias gracias a Internet y las redes de telecomunicaciones. Iba por la vida subiendo a cada ola tecnológica sin ningún problema… hasta que me topé con las criptomonedas. Sí, esas monedas digitales se han convertido en la prueba de que, desde mi concepción, ya soy una persona mayor.
Razones para creer
Hace algunos años empecé a escuchar sobre bitcoin, pero opté por no ponerle mucha atención. Sin embargo, últimamente el tema se ha vuelto más común, y no solo eso, ahora escucho con mayor frecuencia palabras como blockchain, criptominería, exchanges, wallets, etc.
Además, hoy en día, es normal despertar con la noticia de que un jugador de fútbol famoso, como Lionel Messi, recibe una parte de su primer sueldo con el club París Saint Germain en criptoactivos (en Fan Tokens); que un país como El Salvador decide utilizar bitcoin como moneda de curso legal (y que su presidente promete convertir a la nación en un paraíso de negocios e innovación cripto); o más recientemente, que un empresario mexicano ahora acepta bitcoin como medio de pago en sus tiendas de electrodomésticos.
“Iba por la vida subiendo a cada ola tecnológica sin ningún problema… hasta que me topé con las criptomonedas. Sí, esas monedas digitales se han convertido en la prueba de que, desde mi concepción, ya soy una persona mayor”.
En términos generales, entiendo el tema de las criptomonedas, pero debo admitir que tengo cierta resistencia a creer en el concepto, la cual se expresa en varios sentidos: la idea de que las criptomonedas no estén reguladas, que no exista una entidad financiera detrás de ellas, que su valor sea completamente variable y que en lugares como Rusia y el Reino Unido buscan prohibir o restringir su emisión, minería y circulación.
Este tipo de información, que también veo en diferentes medios de comunicación, me genera mucha desconfianza. Obviamente, sé que gran parte de esta incertidumbre viene del desconocimiento o de la exposición a información técnica muy especializada y poco comprensible. Además, lo confieso, he sido presa de las Fake News y más aún, de la ficción que se observa en películas y series, en la que poderosos hackers utilizan las criptomonedas para organizar robos millonarios que quedan sin castigo.
¿Cómo lidiar con esta desconfianza? Todo apunta a que, en los próximos años, los criptoactivos serán algo cotidiano en la mayoría de los países y toda la sociedad en su conjunto. Es decir, tendré que entrarle a este concepto como parte de las finanzas de cualquier economía.
Además, no puedo ignorar o minimizar los beneficios de esta innovación. Las criptomonedas y su industria implican una transformación positiva en muchos sentidos: inclusión financiera para muchas personas que hoy carecen de servicios básicos de finanzas; transacciones sin intermediarios tradicionales lo que evita aumentar el costo de las operaciones; oportunidades de inversión más accesibles para las personas; transferencias de dinero verdaderamente globales; entre otras ventajas. Puedo tener cierto grado de desconfianza, pero eso no me impide reconocer que estamos ante una revolución tecnológica que está cambiando el paradigma de las finanzas.
Eso sí, para las personas que aún tenemos dudas sobre el mundo cripto, CryptoConexión es el lugar indicado para encontrar una solución, ya que aquí se nos ofrece información y explicaciones detallada que nos ayudan a derribar los mitos y las barreras que se han creado alrededor de las criptomonedas.
Mientras voy construyendo mi confianza, los invito a que sigan el trabajo de CryptoConexión desde sus redes sociales en Instagram, Facebook y Twitter.
¿Tu generación cómo se relaciona con las criptomonedas? ¿Qué aspectos alientan su confianza en la economía cripto? Me gustaría mucho conocer tus puntos de vista.
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