Green Coin Token: las criptomonedas se pueden minar de una manera sustentable

Desde Argentina, un experto en temas de sustentabilidad nos cuenta cómo una stablecoin puede convertirse en una aliada para cuidar el planeta.

El auge de las criptomonedas y su aceptación a nivel mundial suelen verse ligeramente empañados por la noción de que para minarlas es necesario consumir enormes cantidades de energía, con la repercusión que eso tiene en la huella de carbono. 

En un mundo en que los consumidores eligen cada vez más a empresas responsables con el medioambiente y los inversores consideran los planes de sustentabilidad de las organizaciones en las que piensan colocar su dinero, es lógico que aparezcan alternativas que permitan sostener todos los beneficios del modelo de monedas cripto al tiempo que se evita cualquier impacto negativo sobre el planeta.

Este es el concepto en el que se basa Green Coin Token. Encargado por el Fondo de Transición Energética de Luxemburgo y con fecha de lanzamiento próxima (aunque no anunciada formalmente), este criptoactivo representa el secuestro (es decir, la retirada de largo plazo para disminuir la contaminación y mitigar el calentamiento global) de un 10% de una tonelada de CO2 (dióxido de carbono) equivalente de la atmósfera. 

Al mismo tiempo, el proyecto apuntará a colaborar con la conservación de la biodiversidad y de cuencas hídricas, así como a mejorar la eficiencia de motores que utilizan combustibles fósiles. 

Respaldada por el bienestar del planeta

“Así como cada stablecoin tiene como respaldo dólares u oro, Green Coin Token, que está en desarrollo, busca respaldarse con el cumplimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas; ONU)”, explica Rodolfo Tarraubella, presidente de Fundación EcoConciencia y director ejecutivo de CIFAL Argentina (entidad del sistema de Naciones Unidas), quien está a cargo de la asesoría en el desarrollo de la criptomoneda verde.

El criptoactivo, que estará disponible para cualquier tipo de usuario a través de exchanges y que se basará en blockchains de terceros (aún no revelados), se preservará como si estuviera en una caja fuerte. Cuando, una vez al año, se certifique que la reserva seleccionada para el proyecto haya reducido las toneladas esperadas de CO2 equivalentes, se liberan las correspondientes Green Coins. 

Por otro lado, para minar una nueva unidad, se deberán utilizar combustibles de transición energética o que una reserva natural haya ganado vegetación de un año a otro.

“El combustible de transición energética incorpora una nanotecnología que lo cataliza para mejorar su combustión y reducir muy fuertemente el smog (black carbon) que sale por el tubo de escape”, detalla Tarraubella. “El vehículo recorre así más kilómetros con la misma cantidad de combustible, mejora su eficiencia y reduce sus emisiones, según diversos análisis, en más del 7%”, agrega.

Se espera que Green Coin Token ayude a disminuir 100 millones de toneladas de CO2 equivalente para 2030, fecha para la cual deberían haberse emitido 1.000 millones de Green Coins. Además, la intención del proyecto es capacitar y concientizar en temas de acción climática y de ODS a unas 10 millones de personas.

Un nuevo modelo de minado

La primera gran diferencia entre la Green Coin Token y las criptomonedas tradicionales está en el modelo de minado. Mientras que en estas últimas se necesita de muchas máquinas funcionando -y consumiendo muchísima energía- para destrabar complejos algoritmos matemáticos y desbloquear y emitir moneda, en la Green Coin Token la moneda se libera cuando se certifica la captura de CO2 -una vez al año- por los ecosistemas monitoreados o cuando los mineros usan combustible de transición energética. Además de que este modelo es mucho más eficiente, la poca energía que necesita se compensa por las mismas reservas que se conservan.

“Aunque es una percepción común, las Green Coins no surgen como respuesta al impacto de emisiones de gases de efecto invernadero de la minería de criptomonedas tradicionales, sino a la necesidad de los ecosistemas de modernizar sus mecanismos”, asegura Tarraubella. 

“A los dueños de las reservas naturales, sean gobiernos o particulares, les resulta muy difícil cobrar por sus servicios (agua, aire y otros bienes considerados súper abundantes que necesitan ser pensados como preservables) y cuando lo logran, solamente les pagan por los que pudieran estar en riesgo de vulnerabilidad, no por todo lo que brindan”, detalla. 

La primera beneficiada por este proyecto sería la Reserva Natural Privada Punta Patiño, en Panamá, creada para salvaguardar una de las regiones con muestras más representativas del bosque tropical de todo el mundo.

Capacitación, concientización… y diversión

Tarraubella destaca otro beneficio de Green Coin Token: “permite a las personas capacitarse en temas ambientales de forma divertida y participativa”.

El impacto de la Green Coin Token es auditada y certificada a partir de aportes de principios internacionales de bonos verdes y sostenibles como los del ICMA (International Capital Market Association) y por metodologías reconocidas como Verified Carbon Standard, Community, Climate and Biodiversity Alliance, REDD+.

Para monitorear y medir dicho impacto se utilizan herramientas tecnológicas de última generación. Por ejemplo, se sacan fotografías con satélites y nanosatélites que se resguardan en NFTs (para garantizar que no pueden ser manipuladas ni modificadas), los cuales se utilizan después para establecer las diferencias de vigor vegetal y cobertura vegetal de un año al siguiente.

“Esta moneda busca llevar la lucha global del cambio climático a nivel personal, como herramienta medible y trazable de cada acción por el cuidado del planeta”, concluye Tarraubella.

Finalmente, vale la pena destacar que el proyecto Green Coin Token aún está por desarrollar su sitio oficial y el White Paper del criptoactivo. Te informaremos cuando ambos elementos estén disponibles.

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