La Web3 gana seguidores y revoluciona la forma en que las comunidades y la educación se retroalimentan para alcanzar la construcción de un ecosistema inclusivo donde las mujeres están tomando rápidamente el protagonismo, pero es imperativo que cada vez se sumen más.
RESÚMEN:
Sólo 1 de cada 5 personas que trabajan en la industria tecnológica es mujer.
Si bien Web3 ha planteado un modelo más inclusivo, la desigualdad continúa y la educación y el acceso a la información serán determinantes para erradicarla.
Las comunidades Web3 están siendo una importante red de captación y contención de más mujeres al mundo descentralizado.
La Web3 se perfila como un espacio de empoderamiento económico y social de las mujeres y del desarrollo de nuevas habilidades para competir mano a mano en el mercado laboral del futuro.
La falta de confianza, el temor a lo desconocido y ciertos preconceptos impuestos en las sociedades se presentan como los principales factores condicionantes que amenazan con dejar fuera de las oportunidades que trae consigo la tecnología, principalmente a las mujeres. Sólo 1 de cada 5 personas que trabajan en la industria tecnológica hoy en día es mujer, son menos del 10% las desarrolladoras de Web3 y sólo cerca del 12% trabajan en tecnología blockchain.
Si profundizamos la mirada, sale a la luz que las mujeres desde su formación se alejan de las carreras vinculadas a la ciencia y la tecnología: según ONU Mujeres sólo 3 de cada 10 estudiantes en carreras y programas STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) son mujeres; 2 de cada 10 profesionales en inteligencia artificial y 1 de cada 10 investigadores en aprendizaje automatizado son mujeres.
Pero la pandemia trajo consigo un cambio de paradigmas que modificó sustancialmente las reglas del juego y las mujeres descubrieron en los esquemas flexibles, planteados por la revolución digital, un nuevo abanico de oportunidades.
Frente a estos horizontes, el surgimiento de la Web3, blockchain y el metaverso abrieron oportunidades de innovación en prácticamente todas las industrias, y las mujeres aprovecharon este impulso: en los últimos años ha crecido el número de proyectos, empresas y comunidades cripto y Web3 liderados por mujeres en América Latina y existen cerca de 40 proyectos que agremian a alrededor de 200 mil mujeres en la región. Pero, ¿cuál es la clave para abrirse paso en este nuevo ecosistema?
Luego de la etapa de cuarentena mundial, la humanidad se vio casi obligada a repensar sus estructuras de la mano de nuevas tecnologías, a explorar otras maneras de desenvolverse, de comunicarse, de trabajar, de relacionarse… todos escenarios con un factor común: para cada uno de estos descubrimientos la educación y el acceso de información serían nuestra llave de entrada y la comunidad el medio que nos permitiría dar nuestros primeros pasos en un mundo desconocido y revolucionario, para luego comenzar a movernos como pez en el agua.
Aprender en comunidad
La Web3 se presenta como una tecnología emergente que trajo aparejado un sinfín de oportunidades y que está cambiando radicalmente la forma en que interactuamos en línea, con un esquema flexible y democrático.
Para aprovechar al máximo las oportunidades que brinda, se requiere de una educación sólida sobre el funcionamiento de esta tecnología y cómo utilizarla de manera segura y efectiva. Y aprender en comunidad es uno de los eslabones claves: según un informe de Binance Academy, en 2022 unas 26 millones de personas accedieron -al menos- a un contenido educativo en la plataforma del exchange global de criptomonedas.
Pero la realidad es que en el mundo el acceso a sistemas de aprendizaje de calidad sigue siendo desigual. En este caso la gran interrogante que surge es ¿cómo la Web3 va a redefinir la educación y viceversa?
Es claro que para estar listos para el futuro, o mejor dicho para el presente digital, será necesario invertir tiempo en capacitación y el aprendizaje en comunidad se presenta como una alternativa más ligera si se la compara a la educación formal.
Ecosistemas como la Web3 se convierten en la tendencia preferida de los últimos tiempos porque se presentan como un espacio revolucionario para ayudar a las comunidades a aumentar el acceso al conocimiento y empoderar a los estudiantes al proporcionar una opción descentralizada y democrática, dotándolos de los recursos necesarios para aprovechar las bondades de este ecosistema, independientemente de su origen, género, ubicación geográfica o nivel socioeconómico.
En este plano, la demanda de cursos de capacitación en blockchain aumentó un 450% en 2022 y se espera que siga incrementándose la cantidad de personas que buscan aprender habilidades en torno a las aplicaciones de blockchain descentralizadas, como la programación de contratos inteligentes, la gestión de criptomonedas, la seguridad de la información o la privacidad en línea, por mencionar algunas.
Construir las bases de un ecosistema diverso
Estamos frente a una gran oportunidad para democratizar la educación y dar voz a aquellos que han sido históricamente excluidos de los sistemas educativos tradicionales. La Web3 puede convertirse también en una herramienta poderosa para la capacitación y el empoderamiento económico de las mujeres para desarrollar habilidades digitales y de programación, lo que les permitirá competir en el mercado laboral digital del futuro.
Un claro ejemplo de esto es la iniciativa WAGMI LatAm, que persigue el objetivo de incorporar a 5 millones de latinas a Web3 para 2030, a través del desarrollo de cuatro pilares: investigación, educación, recursos y empoderamiento.
Sin duda aún queda mucho camino por recorrer si lo que se busca es construir las bases de un ecosistema diverso. Es tiempo de aprovechar al máximo las bondades de una herramienta tan poderosa y revolucionaria que hoy abre las puertas para ofrecer acceso igualitario a los recursos educativos, crear comunidades autónomas y descentralizadas, proporcionar nuevas oportunidades económicas y construir un futuro más igualitario y justo para todos.
La Web3, el metaverso y blockchain, de la mano de las comunidades educativas deslumbraron al mundo, se transformaron en puertas de acceso al progreso y, sin duda, ganan cada vez más seguidores. Y vos, ¿ya elegiste formar parte de una comunidad o, por qué no, animarte a crear una?
Sobre LA AUTORA

Sabrina Santopinto.
Periodista especializada en capacitación y diseño de estrategias de comunicación. Cuenta con más de 15 años de experiencia y relacionamiento con periodistas y medios de Latinoamérica. Se especializa en media training para CEOs y líderes de compañías y desarrolla estrategias de comunicación para empresas de distintas áreas de expertise.