Usando desperdicios, como el excremento de animales, este proyecto argentino quiere mostrar que la innovación sí puede proteger al medioambiente.
¿Qué es CryptoGranjas?
- Es una empresa argentina que impulsa el minado de bitcoin a través energía que no daña el medioambiente (electricidad generada con biogás).
- Para producir el biogás, la compañía utiliza desperdicios orgánicos industriales y agroindustriales, como el excremento de animales.
- A la fecha, CryptoGranjas, que también construye instalaciones de minado tradicional (uso de energía convencional), ha instalado una “granja verde” en Córdoba, Argentina.
- Con el fin de ampliar su modelo de protección ambiental, la empresa ha desarrollado un fideicomiso para impulsar la creación de instalaciones que operen con biogás.

A veces las buenas ideas nacen a partir de los contratiempos. Es el caso de CryptoGranjas. Su historia se remonta a una máquina usada para minar, adquirida en septiembre de 2017 en eBay, que nunca funcionó.
El argentino Kevin Belcher, uno de los socios y fundadores de la actual empresa, de profesión ingeniero, la usó como elemento de prueba: la abrió y la desarmó de manera íntegra para buscar la manera de hacerla andar. “Así terminamos inmersos en la fascinante industria de la criptominería”, explica José Sarasola, también argentino, economista, cofundador del emprendimiento y hoy el director ejecutivo (CEO) de Cryptogranjas.
El segundo paso fue importar equipos para armar granjas de minado de bitcoin para terceros; una actividad que los llevó a convertirse en representantes oficiales de Avalon Miner en Argentina (una marca de equipos de criptominería que son fabricados por la empresa china Canaan), no solo en la venta de equipos, repuestos y garantías, sino también en servicios de valor agregado como instalación, configuración y mantenimiento de máquinas y granjas. Cryptogranjas también cuenta con clientes en Paraguay.
La popularidad de bitcoin acompañó al desarrollo del negocio, al igual que las críticas sobre el impacto ambiental negativo por el exceso de uso energético en la creación de monedas virtuales. “Empezamos a buscar soluciones para cambiar el paradigma: una fórmula para que minar criptomonedas resultara algo positivo para el planeta”, dice Sarasola.
Desperdicio que produce innovación
Luego de arduas investigaciones llegaron al biogás: una forma de generar electricidad a partir de residuos orgánicos, como el excremento de animales y ciertos desechos industriales. “Eso nos lleva a aspirar a que CryptoGranjas pueda ser la empresa dedicada a la minería de bitcoin más grande de la región, porque tenemos una propuesta rentable, ecológica y sustentable, que captura emisiones de carbono y elimina los residuos tóxicos que quedan de la generación del biogás para convertirlos en fertilizantes que se utilizan en campos aledaños”, dice Sarasola.
El especialista se distancia de las granjas que utilizan energía solar o eólica: “si bien utilizan alternativas renovables y no contaminan el medio ambiente, no logran, como nuestra propuesta, generar un beneficio”, dice.
El proceso comienza cuando se retiran desechos industriales de grandes fábricas o de criaderos intensivos de animales. En lugar de que se trasladen a basurales y contaminen, se colocan en galpones redondos (biodigestores) donde, mediante un proceso químico, distintas bacterias transforman los residuos en gas metano que luego se utiliza para generar energía eléctrica que alimenta las supercomputadoras utilizadas para la minería.
“Lo disruptivo e innovador de este modelo es que siempre genera activos, ya que cuando el valor del bitcoin está muy bajo, existe la posibilidad de vender la energía producida, mientras que cuando está alto se procede con el minado”, apuntan desde la empresa.

Una visión del futuro de la minería
Si bien cuenta con diversas granjas funcionando con energía tradicional -ubicadas en distintos puntos de la Argentina, como Salta o Buenos Aires-, el foco de la compañía está puesto en migrar al modelo de biogranjas, la primera de las cuales está ubicada en Córdoba, Argentina.
“También estamos lanzando fideicomisos para construir otras similares, abiertos a que participen tanto grandes empresas como pequeños inversionistas”, afirma Sarasola. El objetivo es desarrollar estas granjas de minería no solo dentro del territorio argentino, sino ampliarse a otros puntos de Latinoamérica.
El fideicomiso está estructurado en una metodología de riesgo cero de inversión, la cual se concentra en tres pilares: la construcción de una planta de energía con capacidad de generación energética de 216 MHW por mes; la creación de una planta de minería en su interior con una capacidad de minar 1.15 bitcoins por mes; y la generación de la energía verde.
“Así generamos un modelo circular sustentable, que además captura emisiones de carbono y resuelve otro problema, aunque esto último ni siquiera lo buscamos: estos residuos son un dolor de cabeza para los productores agropecuarios e industriales, ya que en general no saben qué hacer con ellos”, enfatiza Sarasola. “Por eso decimos que somos el futuro de la minería”.
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